Todo lo que quisiste saber sobre entrenar tus metas pero nunca te atreviste a preguntar (a un coach)

consejos-evitar-lesionesEscucharás muy a menudo que los primeros días del año es un momento ideal para proponerte nuevos retos, para cumplir viejas promesas… ¿Qué tiene de cierto todo esto? Incluso existe una mercadotecnia en torno a este “impulso”… Los gimnasios triplican sus matrículas, las academias de idiomas no dan abasto, los nutricionistas se desbordan e incluso los coaches tenemos lista de espera… ¿Por qué esta “locura” de cumplir retos? ¿Tiene un fundamento psicológico?

El ser humano se mueve por estímulos, por motivación intrínseca  y extrínseca…Nos bombardean continuamente para estimularnos a generar acción, pero ojo, todo lo que hagamos sin una planificación estratégica, que no nazca de la pasión y de pactos personales con nosotros mismos, está destinado a la procrastinación y al  desgaste… El tiempo medio en el que abandonamos un reto suele ser de 40 días… Es lo que denominamos “efecto gaseosa”… Mucha espuma y combustión al principio pero rápidamente desaparece…Y esto no es más que el resultado de una mala planificación, de un error de base en el que sólo nos movemos por impulsos extrínsecos y no intrínsecos.

La gran diferencia entre  estas dos motivaciones e que la primera necesita la aprobación de los demás, la hacemos para satisfacer un ego social y no perdurable en el tiempo, ya que esperamos que se cumpla la Pirámide de Maslow en la que el reconocimiento es fundamental. Y no digo yo que no lo sea, a todos nos gustan que nos reconozcan que estamos haciendo lo correcto, pero no hay mejor reconocimiento que el que se da uno a sí mismo. No esperar aprobaciones externas, convertir los sueños en metas alcanzables, específica, medibles. Y para ello, antes de comenzar a generar metas desde el impulso hay que llegar a pactos con uno mismo.

Para lograr mi meta/ reto: ¿A qué estoy dispuesto a renunciar? ¿Que hábitos voy a abandonar?

¿De dónde nace mi nuevo reto? Debes estudiar lo que te molesta, aquellos “tengo que” que llevan golpeando tu hemisferio derecho desde hace tiempo….Los “tengo que” son “comedores de energía”, todo lo que procrastina (dejar para  último momento) e incluso no llegas  ni siquiera a empezar…

¿Es mi meta/reto sostenible? Es decir, está acorde con mis creencias, valores y habilidades? Probablemente para conseguirlo tendrás que dejar atrás creencias irracionales como “yo no  puedo…” “Yo nunca voy a”… “Seguro que lo dejo en…”. Estas creencias irracionales pueden estar asentadas en valores que no son primordiales para ti, deberás hacer un trabajo introspectivo para encontrar la clave de tu pasión… ¿para qué quieres lograrlo?  El para qué te traerá tu motor, tu impulso…Tu verdadera motivación intrínseca…No lo hagas rápido, reflexiona, busca tu verdadero «para qué» en tu interior y encontrarás la respuesta a todo….

Cuando tengas la motivación intrínseca, escríbela, redáctala como una afirmación, y apréndetela, repítela, ponla en un lugar que la puedas ver todos los días…A qué antiguo “tengo que” lo hemos convertido en un “voy a”…Y ahora, como el famoso lema de Nike “Just do it”- Hazlo…Comenzamos…

Tu meta debes fragmentarla, es decir, para llevarla a cabo genera un periodo de más de 40 días (Aconsejo un mínimo de 90 días) y escalonadamente crea pequeños logros o retos. Por ejemplo. Si mi meta es perder 8 kilos de peso, voy a planteármelo en 4 meses, lo que significa una media de dos kilos cada 30 días. Para conseguir esto, la primera semana  me propongo: lista de pequeños logros, la segunda…la tercera), así sucesivamente.

Algo muy importante: cada vez que consiga un logro me hago un regalo: No tiene que ser material, es como una recompensa por lograr el objetivo. Se trata de sentir el éxito y de disfrutarlo…de vivir la emoción de reconocerme importante, de que puedo, quiero y debo. Siempre de menos a más.

Ningún deportista comenzó batiendo grandes records, ningún escritor publicó su gran obra  a la primera, ningún escalador se entrenó desde el primer día en un 4000….Para llevar a cabo nuestra meta tenemos que tener el corazón caliente, la mente predispuesta, los pensamientos en positivo, la actitud proactiva, saber que debemos controlar la  falsa frustración, pero todo, lo conseguiremos desde el esfuerzo, en entrenamiento, la autodisciplina, la observación interna , el desarrollo de nuevas habilidades, la proximidad a gente de éxito ( modelar el éxito de personas que ya lo han conseguido es usar nuestra inteligencia emocional) .

Y si después de todo esto crees que necesitas el apoyo de un entrenador emocional, de un experto en conseguir que tus sueños se conviertan en metas alcanzables, no dudes en buscar un buen coach, ese es nuestro trabajo apoyar el éxito de nuestros clientes.

¿Comenzamos?

J. Luis Fuentes

Master Coach- Executive Coach- Trainer Emocional

La estética de la esperanza

 

Presentación1 (2)La palabra maestro/a es sagrada para mí. Tiene un sentido holístico, en su grandeza aristotélica. La  palabra Gurú es igualmente importante: la doto de una maestría espiritual, aquellas personas de la que puedo aprender por su transformación y sabiduría. Los que me conocen, saben que pocas veces uso estas palabras….Todos tenemos referentes, personas a las que modelar y seguir. Yo tengo mis maestro/as y gurús. Pocos, cierto es, pero tienen un peso específico y significativo en mi modus vivendi.

Agradezco enormemente desde mi humildad cuando me han llamado maestro. Porque estudié Magisterio, entre otras muchas cosas, Tuve la fortuna de poder prepárame en la universidad en una carrera que actualmente  no existe como  la formación como maestro de Ciencias Humanas,  Estudiábamos entre otras cosas, psicología humanista, antropología filosófica, Historia de la Filosofía y psicología de la educación. Para ser un maestro/a hay que formarse, para ser un maestro/a hay que dar un paso adelante, tener principios y contradicciones.

Yo, sigo a Sócrates, a su seguidor Platón y a su pupilo Aristóteles. Quizás viva en un mundo que ya no valora a los grandes sabios, pero yo bebo de las fuentes originales….Soy un esteta, Creo profundamente en la estética de las palabras. El mundo se cambia con palabras, acciones y emociones.

Vivimos momentos convulsos, difíciles, trepidantes y caóticos. Actualmente, las grandes batallas se lideran en las casas, en las familias, en las organizaciones, en los grupos vecinales, en los arrabales de la conciencia. La toma de conciencia  va a regir  los siguientes doscientos años como mínimo. De lo que no somos conscientes, no somos responsables, por eso es tan importante que sigamos tomando conciencia de  la realidad que nos ha tocado vivir, cada uno desde su posición, sin victimismo pero con determinación.

Escuchemos a los sabios, volvamos a creer que la sabiduría llega a la edad madura….Nuestros padres y abuelos tienen mucho que decirnos. Están sosteniendo este momento histórico: con sus humildes pensiones, con sus pequeños ahorros (a quien no se los hayan robado)….Y recordemos que ellos hicieron el cambio muchos, proviniendo de una sucia guerra y una postguerra….Recordemos la historia para aprender de los antiguos errores. No olvidemos que ya en el siglo XV, comenzaban las crisis debido al endeudamiento público de los diferentes reinos. Hemos luchado mucho a lo largo de la historia, hermanos/as contra hermanos/as…por un pedazo de tierra, un ideal y conquistamos la libertad. La verdadera libertad se juega en nuestro cerebro. Un pueblo está preparado cuando reconoce sus errores, toma conciencia de ello y genera nuevos aprendizajes.

No podemos mirar para el lado. He hablado de la toma de conciencia pero nuestro mundo lo salvará la compasión (Boyattzis /MCKee) que para nosotros es la empatía en acción. Y por último, la esperanza, generar esperanza  en los jóvenes, apostar por el Talento de tantos chicos/as que están ansiosos de generar riqueza desde la coopetencia.

Revisemos nuestros postulados, reaprendamos nuevos hábitos y conductas, sostenibles, saludables acorde con el entorno y con nuestra historia….Porque podemos, debemos y queremos.

Porque la esperanza, como las palabras  también en estética

“Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores.” (Palabras de Sócrates, mi maestro).

J. Luis Fuentes

 

 

La verdadera misión dentro de una organización: Tu propósito.

En un proceso de coaching organizacional, estamos acostumbrados a escuchar hablar de la importancia de la «misión», de alinearse con los valores de tu organización. En el siglo XX, se representaba poniendo una transparencia de una barca donde todo el mundo remaba hacia el mismo lado y ahora he visto muchas veces, la de un equipo en una balsa de aguas turbulentas. Pero  qué ocurre cuando  nos aplicamos el  viejo pero actual poema de Léon Felipe…”Ya me sé todos los cuentos»...Qué ocurre cuando bajan tus expectativas en la organización o te encuentras desmotivado. He trabajado con muchísimas personas dentro de grandes organizaciones que se encontraban en un impasse de pérdida de ilusión, de no encontrar el verdadero motivo por el que alinearse con la misión.

Creo que por encima de la misión de una organización está la propia , nuestro propósito. Estamos acostumbrados a desarrollar  procesos  de selección en lo que se nos pregunta el qué ( objetivos) el cómo ( procedimientos) pero en muy pocas ocasiones contestamos al para qué. ¿Para qué estás en tu organización? ¿Cuál es tu contribución?. La tuya, la que no pertenece a ninguna otra personas, la que se alinea con tus principios y valores….Cuando encuentras tu para qué…insertalo dentro de tu proyecto de empresas, en tu organización, busca los huecos y las piezas del puzzle que te hagan  sentir la utilidad de tu proyección….de esta forma serás tu propio motor, tu propio eje que impulsa cada acción que tomes dotando de significado tu misión.

El coaching: un mercado para la excelencia.

Cuando quiero comprarme un buen vino, me dejo asesorar por  el tendero de mi barrio que es un experto somelier: durante años ha creado una sensibilidad especial para comprender los aromas perfeccionados del vino a base de barricas y perfumes naturales.

Cuando quiero  tomar un buen capuchino, suelo ir en mi ciudad a un pequeño café junto a la  catedral, donde un experto cafetero y una maquina italiana de las antiguas hacen que la nata, la canela y los granos cafeteros se conviertan en una explosión de matices para mis emociones.

Me gustan los tomates duros, ni pasados ni en su punto. Que cuando se abran un color verde llene el plato, con su jugo, mezclado con un exquisito aceite de oliva. Siempre los compro en una frutería ecológica, donde trabajan  el lema” de la huerta a la mesa”. Increíble, poderosos, auténticamente naturales.

Cuando necesito un libro que no encuentro, busco al mejor librero, el que lleva años absorbiendo las letras y paginas de sus innumerables estanterías.

Y podría seguir, porque sigo un lema: cuando quiero lo mejor, me dejo asesorar por los mejores, los que llevan toda la vida haciendo de la excelencia, su modus vivendi.

Estas personas: libreros, fruteros, cafeteros, buscan la singularidad en cada una de sus acciones, en cada matiz profesional  y vivencial: poseen el secreto de la genialidad: pasión, creatividad y oficio. Es la receta de la excelencia.

El coaching personal, el coaching ejecutivo, el coaching organizacional, el coaching intratégico ,el coaching ontológico,…el coaching busca el encuentro del cliente con sus potencialidades, con la toma de conciencia del axioma “el poder está dentro de ti”.A través de las sesiones, el cliente aumenta su rendimiento desde su propio convencimiento, desde su esfuerzo personal. Sus crisis se convierten en potencialidades, sus cambios en transformaciones conceptuales que les llevan a modificar sus actitudes. El cliente es la luz, el coach el facilitador de propiciar el aumento sinérgico de sus capacidades.

Ofrezcamos el mejor café del mundo, granos de autoconocimiento y autoconciencia, facilitemos el mejor vino, saboreado en pequeños sorbos  de altos rendimientos, coloquemos en un plato el trabajo maduro y responsable de un buen coach: humildad-aprendizaje y sentido de servicio.

Si queremos que el coaching sea la revolución del siglo XXI, que cada vez sean más los clientes, empresas que apuesten por nuestros servicios, contagiemos el virus de la excelencia en todos nuestros actos. Cursos, seminarios, conferencias, titulaciones,coaching grupal, coaching individual.

Porque un coach no es más   que un profesional que ha hecho de su trabajo una opción de vida , un somelier de las emociones, un  tendero de preguntas ecológicas, donde el cliente siempre apostará por comprar el producto estrella: metas alcanzables.

Ofrece lo mejor  de ti a tus clientes y no te guardes tus mejores productos. El coaching necesita que estemos preparados para competir en el mercado más difícil que existe, la excelencia. Es nuestro certificado de garantía: la honestidad.